La decisión de qué hacer con el inmueble quedará en manos de los vecinos pero podrán contar con la ayuda de los técnicos municipales.
Han pasado dos meses y dos días desde que una explosión en un ático del número 35 de la calle General Pardiñas hiciera saltar por los aires el edificio y acabara con la vida de dos operarios que trabajan en su interior. Más de 60 días en los que el Ayuntamiento ha avanzado en la demolición parcial del inmueble, del que se vio obligado a desalojar a los vecinos de esta finca y de la colindante para acometer dichos trabajos.
Ahora, detallan en el Área de Desarrollo Urbano, esa demolición parcial ha llegado a su final y los últimos enseres que quedaban aún atrapados dentro del edificio han sido retirados por parte de los técnicos municipales, que han comandado estas tareas. El segundo paso que tendrá que dar la corporación es apuntalar la estructura del edificio para darle estabilidad e impedir que esta, situada en una zona muy transitada del barrio de Goya, en el distrito de Salamanca, se caer por los daños que presenta.
Las previsiones que manejan en el departamento que dirige Mariano Fuentes es que a finales de este mes de julio los técnicos se retiren del inmueble y dejen paso a la comunidad de vecinos. «Serán ellos quienes decidirán cómo proceder con el inmueble», señalan desde Desarrollo Urbano. No obstante, las mismas fuentes apuntan que los operarios del Ayuntamiento, especializados en edificación, «estarán a su disposición para asesorarles en lo que necesiten».
Pero la decisión final sobre lo que se hará con el edificio, que por la potente explosión presenta severos daños en su estructura, quedará en manos de los vecinos. Unos vecinos que llevan más de dos meses fuera de sus casas y que han montado incluso una asociación para mostrarse unidos en estos momentos -Asociación de Víctimas y Afectados de General Pardiñas- porque se sienten «ninguneados» por la administración al tener que pasar tanto tiempo fuera de sus casas, alojados en casas de familiares o en habitaciones de hotel.
Y aún tendrán que esperar para volver a ellas, si es que deciden a volver cuando se presente el momento. Quienes sí lo harán serán los vecinos de la finca contigua, la del número 33, donde el Ayuntamiento ha acabado también los trabajos de seguridad comandados por los técnicos de Desarrollo Urbano con ayuda de la Policía Municipal. Los inquilinos del inmueble, de hecho, ya pudieron volver ayer a sus hogares tras quedar garantizada la seguridad de los mismos.
La explosión en el número 35 de la calle General Pardiñas se produjo el pasado viernes 6 de mayo cuando, al mediodía, un estruendo hacía sacudirse al barrio de Goya. Una caldera de gas hacía saltar por los aires el inmueble y dejaba dos operarios de fontanería fallecidos. Los jóvenes, de nacionalidad española y hondureña, se encontraban en uno de los pisos altos realizando una reforma cuando comenzaron a oler a gas y decidieron acudir a la planta baja para cerrar las llaves de paso de la caladera. Fue en ese momento cuando se produjo la deflagración que los sepultó bajo el escombro.
Tras varias horas de búsqueda, con los bomberos teniendo que realizar el trabajo a mano por la estrechez del patio, sus cuerpos aparecieron sin vida entorno a la media tarde. Debido a la fuerte explosión también hubo 17 vecinos con heridas y uno grave. Un varón de 84 años que sufrió un politraumatismo al salir disparado hacia el patio interior del inmueble y que tuvo que ser trasladado al hospital de La Princesa.
Fuente: https://www.elmundo.es/