La técnica no era sofisticada, pero sí efectiva. Solicitaban información a los dependientes de la enoteca, hacían dos o tres preguntas y cuando el empleado se despistaba un momento o acudía a otra parte de la tienda a otra tarea, se metían la botella en la cintura, bajo la camiseta y el pantalón. Y a correr. El terror de las enotecas del barrio de Salamanca, el distrito del dinero de Madrid. Auténticos templos del lujo en forma de caldos que acumulan en sus paredes miles y miles de euros. La policía ha detenido esta semana a una banda de ciudadanos rumanos entre los 30 y los 37 años que consiguió robar en solo tres golpes botellas por valor de 25.000 euros.
Estas sustracciones recuerdan a la de las 65 botellas robadas del restaurante Atrio, en Extremadura, por la que acaban de condenar a dos acusados a cuatros años de prisión. También se asemeja a la que sufrió hace seis meses Mario Sandoval en su restaurante Coque. 132 vinos desaparecieron de su bodega de la noche a la mañana. El negocio de Sandoval se encuentra también en el barrio de Salamanca al igual qua las enotecas objetivo de esta banda recién detenida, pero los sujetos detenidos no están relaciondos con esta última, recalcan fuentes policiales.
Los casos guardan semejanza en cuanto al objeto robado y en que no se han podido recuperar los caldos, pero el modo de actuar de esta banda poco tiene que ver con los otros casos. Actuaban cuando el comercio estaba abierto, agarraban las botellas y escapaban. Mientras que los ladrones de los restaurantes idearon un complejo plan que incluyó el robo de llaves en el caso de Atrio y el diseño y ejecución de un butrón en el local de Sandoval.
El primero de los golpes de esta banda de las enotecas se registró en junio de 2022, el segundo en noviembre y el último de ellos este enero. Los investigadores de la comisaría del distrito de Salamanca conectaron rápidamente los tres hechos tanto por el modo de actuar, como por las imágenes registradas en las cámaras de seguridad de los comercios. Los agentes han detenido a los tres en Madrid, pero ninguno de ellos tenía ni una sola de las botellas en su poder. Como en muchas de estas investigaciones, existe la sospecha de que los tres individuos, dos de ellos con antecedentes penales, actuaran por encargo. Que un tercero hubiera señalado el vino que quería y el objetivo estuviera claro.
Los detenidos están acusados de sustraer nueve botellas, entre ellas una Petrus y varias Ribera del Duero. De todo el botín, la joya es un caldo valorado en 6.700 euros. La policía pudo comprobar en las grabaciones que los detenidos no se esforzaban en ocultar su rostro y que solían pasarse unos días antes por la tienda para observar sus medidas de seguridad, las salidas y la posición en la que estaban los vinos. “Actuaban como compradores normales, no despertaban sospechas, se informaban como cualquier otro comprador y volvían horas o días después para efectuar el robo”, explica una fuente policial. A veces aprovechaban que los dependientes sacaban las botellas para enseñárselas mientras que otras conseguían forzar las vitrinas para sustraerlas.
Finalmente fueron detenidos la pasada semana siendo puestos a disposición de la autoridad judicial como presuntos responsables de tres hechos ocurridos entre junio del año 2022 y enero de 2023 en diferentes establecimientos del distrito. Los bancos no son el único objeto de deseo de los ladrones, las enotecas tambíen albergan miles de euros que caben en una pernera.
Fuente: https://elpais.com/